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L´ASTURIANISMU QU´ASTURIES NECESITA

Areces refuga que el nuevu Estatutu incluya la cooficialida del asturianu

Areces refuga que el nuevu Estatutu incluya la cooficialida del asturianu

El presidente deja claro a IU que defiende la norma actual y que «no tiene por qué haber variaciones sustantivas» Afirma que «me gusta mucho la denominación de comunidad histórica», pero no descarta la validez de otras.

El presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces, defendió ayer que la lengua asturiana mantenga su actual estatus, sin carácter de oficial, y afirmó que «no tiene por qué haber variaciones sustantivas» de esta situación en la reforma estatutaria cuya andadura parlamentaria tiene previsto iniciar con su comparecencia ante la Junta este mismo mes. Areces deja clara así su oposición frontal a la que posiblemente es la mayor reivindicación de su socio de Gobierno, Izquierda Unida, ante la modificación del Estatuto de Autonomía del Principado.

En su intervención en el programa 'En primera línea', de Canal 10, que cerró ayer la temporada con la presencia del jefe del Ejecutivo regional, éste alabó la actual redacción del artículo 4 del Estatuto, que establece que «el bable gozará de protección» y «se promoverá su uso, su difusión en los medios de comunicación y su enseñanza», pero sin darle rango de lengua oficial. «Un artículo bien pensado en su arquitectura y en la realidad de Asturias», dijo Álvarez Areces, quien realizó estas manifestaciones después de que en los últimos días varios dirigentes de IU hayan advertido que un eventual pacto entre PSOE y PP sobre los contenidos del nuevo texto estatutario supondría la quiebra del Gobierno de coalición.

El presidente asturiano, aunque una vez más expresó su voluntad de buscar una reforma aprobada por consenso, puso de manifiesto que su opinión está muy alejada de la que defiende la formación con la que comparte el Ejecutivo. Frente a cualquier pretensión identitaria, afirmó que «el mayor énfasis tenemos que hacerlo desde el punto de vista competencial», para conseguir mejorar la gestión de las materias traspasadas. Y en lo referido a la denominación que debe recibir el Principado en su Estatuto, afirmó que «me gusta mucho la de comunidad histórica» -que es la que aparece en la redacción actual-, pero no descartó la validez de otras definiciones siempre que no superen el contexto de la Constitución, que habla de «nacionalidades y regiones». Insistió varias veces, además, en que a los ciudadanos no les interesan los debates sobre temas identitarios.

«Posiciones erráticas»

Sin decirlo directamente, pues, Areces dibujó un panorama de la reforma que deja el terreno abonado para el entendimiento con el PP, algo imprescindible, por otra parte, dada la mayoría cualificada que se requiere en la Junta General para su aprobación. El problema es que los populares insisten en que no participarán en la ponencia parlamentaria, en un paso más dentro de las que el presidente del Principado califica como «posiciones erráticas» del grupo de la oposición. Recordó que el partido liderado por Ovidio Sánchez ha modificado varias veces su postura sobre este asunto en los dos últimos años y vaticinó que «va a cambiar de opinión una vez más».

Pese a mantener claras diferencias en lo que se refiere al Estatuto, el jefe del Ejecutivo se mostró muy confiado en la pervivencia del pacto entre la Federación Socialista Asturiana e Izquierda Unida-Bloque por Asturies. Afirmó que en los últimos tres años han gobernado «de una manera relativamente fácil, sensata y acorde con los intereses» de ambas organizaciones y que, a pesar de las «lógicas discrepancias» entre ellas, «la normalidad parlamentaria es total».

No quiso adelantar acontecimientos sobre la posible ruptura de esa normalidad parlamentaria tras la advertencia de IU de que se veía «libre» para pactar con el PP en la Junta General después de que socialistas y populares hubieran acordado repartirse los cargos del Procurador General del Principado y el adjunto al mismo. Pero sí quiso, como días antes hiciera el portavoz parlamentario del PSOE, Fernando Lastra, marcar unos límites a la actitud de sus socios: «Sería grave que esas discrepancias se trasladasen al Parlamento y empezasen a producirse votaciones en contra que minasen la acción del Gobierno», manifestó Areces, para quien una actuación así por parte de IU supondría una «vulneración clara del acuerdo» suscrito en julio de 2003.

En cualquier caso, dio un claro argumento en favor del mantenimiento del pacto: «Llegar al final de legislatura con el acuerdo nos interesa a todos», dijo, ya que el producto de la acción conjunta de gobierno durante estos años es «lo que vamos a ofrecer a los ciudadanos para que lo juzguen».

Acerca de la posibilidad de repetir como cartel electoral, a pesar de que en la dirección federal de su partido se da por seguro, el presidente asturiano se mantuvo fiel al guión de que hasta septiembre no se iniciará en la FSA el proceso de designación de candidatos. Lo que sí tiene claro es que la repetición de un cabeza de lista en varias elecciones sucesivas no es ningún lastre, porque «el electorado se cansa cuando las cosas se hacen mal, y no porque se repitan las mismas caras».

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