¡Vaya cara, estimáu Areces! (Artículu de Xuan Xose Sánchez Vicente)
El artículo 201.3 del estatuto de Cataluña establece que «El desarrollo del presente Título (el referido a la financiación de Cataluña) corresponde a la Comisión Mixta de Asuntos Económicos y Fiscales Estado-Generalitat». El artículo 208.1 señala que las actualizaciones financieras futuras requieren la aprobación de dicha Comisión. Por si hubiese alguna duda, el 210. 1 reitera que «La Comisión Mixta de Asuntos Económicos y Fiscales Estado-Generalitat es el órgano bilateral de relación entre la Administración del Estado y la Generalitat en el ámbito de la financiación autonómica». Es ese organismo (y ninguna institución estatal, multilateral o confederal) el que tiene como misión (210. 2b) «Acordar la contribución a la solidaridad y a los mecanismos de nivelación prevista en el artículo 206.3 (los relativos a la igualdad de comunidades en lo referente a "educación, sanidad y otros servicios sociales esenciales del Estado del bienestar prestados por los diferentes gobiernos autonómicos")». La contribución de Cataluña a la «solidaridad» (esa palabra que no se les cae de la boca a nuestros socialistas), con todo, establece dos limitaciones: a) las comunidades «solidarizables» recibirán esa aportación «siempre y cuando lleven a cabo un esfuerzo fiscal también similar» (artículo 206.3). Y, en todo caso, y aunque el mundo se hundiere, «El Estado garantizará que la aplicación de los mecanismos de nivelación no altere en ningún caso la posición de Cataluña en la ordenación de rentas per cápita entre las Comunidades Autónomas antes de la nivelación (206.4)».
Y entrando en «calderilla», la adicional tercera establece que «La inversión del Estado en Cataluña en infraestructuras, excluido el Fondo de Compensación Interterritorial, se equiparará a la participación relativa del producto interior bruto de Cataluña con relación al producto interior bruto del Estado para un período de siete años». Y la adicional sexta, en relación con el 204, la posibilidad de una única Administración Tributaria en el futuro, anuncia que: «La Generalitat será Administración ordinaria del Estado en Cataluña en la medida en que le sean transferidas, mediante los instrumentos que corresponda, las funciones ejecutivas que ejerce la Administración del Estado a través de sus órganos territoriales en Cataluña».
Es decir, que el PSOE y sus socios han aprobado un estatuto de autonomía para Cataluña donde los mecanismos de financiación y las negociaciones ulteriores se establecen de forma bilateral entre el Estado y Cataluña; que ese texto establece una sobrefinanciación adicional para Cataluña (que se detraerá de los demás, obviamente) en materia de infraestructuras; que la aportación de Cataluña a la igualdad en España en «educación, sanidad y otros servicios sociales» la limitarán ellos si, a su juicio, los demás no realizan el suficiente esfuerzo fiscal; que, además y en cualquier caso, la aportación de aquellos ciudadanos ribereños del Mediterráneo queda contenida para que nunca pierdan su puesto actual en la clasificación de riqueza.
Además, y hacia el futuro, el texto catalán contiene elementos que le permiten convertirse en el recaudador y gestor único de tributos en Cataluña y avanzar hacia una posición semejante a la de Navarra y Euskadi, lo que vendría a suponer, se estima, un 17 por ciento menos de financiación para comunidades como Asturias.
Todo ello lo han aprobado la FSA y el Gobierno asturiano. Lo han votado los diputados y senadores socialistas en las Cortes. Lo han aplaudido como «un gran logro para Asturias y España toda» el PSOE asturiano y el Gobierno Areces.
Más atrás en el tiempo, lo vienen impulsando, de forma individual o colectiva, desde hace mucho tiempo. Así, por ejemplo, suscribieron el Manifiesto de Santillana (30 de agosto de 2003) para emburriar el «federalismo asimétrico» de Maragall (esto es, el futuro / actual estatuto catalán); saludaron desde el balcón de la Generalitat la constitución del Gobierno tripartito (el polvo de estos lodos), alabándolo como un triunfo de la izquierda y de toda España.
El mismo Areces jaleó en su día al Maragall del federalismo asimétrico (en conferencias barcelonesas del 4 de julio de 2001 y 18 de marzo de 2002 («coincido y comparto muchas de las propuestas formuladas por Pascual Maragall»).
En una palabra, don José Montilla sólo pide lo suyo: lo que dice la legalidad vigente, que es lo que el señor Areces, el señor Fernández, los diputados y senadores del PSOE en Asturies y todo el PSOE español les ha dado. Las palabras, pues, del señor Areces no valen nada, pero sí significan: significan la voluntad de disimular ante los asturianos que es, como el resto del PSOE, un vendepatrias; sí representan: representan ese tan útil mecanismo psicológico que tanto agradecen sus votantes de proporcionarles palabras que, contra la evidencia, los mantengan en la fe y el autoengaño. «No toleraremos que nadie os robe la cartera -grita el que acaba de ayudar a vaciarla-».
Y los suyos aplauden con entusiasmo la valentía y el compromiso en defensa de sus intereses.
Xuan Xosé Sánchez Vicente es presidente del PAS.
4 comentarios
xurde -
xurde -
http://asturieslliberal.nireblog.com/post/2008/04/04/aconceyamientu-de-la-fundacion-caveda-y-nava-col-grupu-parlamentariu-del-pp-na-xunta-xeneral
xurde -
davofelguera -
Cuando deciate yo qu'esi amor tan repentin pol asturianu yera solo pa ganar mas votos..